EL PERDIDO PERDÓN DEL PAPA
En el año 2001 fue descubierto un supuesto documento atribuido al papa Clemente V, en el cual el Pontífice restituía la comunión al Gran Maestre del Templo y a todo su Estado Mayor.
El Papa excomulgo a la orden del temple mediante la bula Vox in Excelso, cuyo concilio tuvo lugar en Vienne el día 22 de marzo del año del Señor de 1312, y la que aparece ahora, lleva fecha del día 20 de agosto de 1308, o sea, cuatro años antes de que el Papa dictaminara la susodicha excomunión a los templarios.
Ejercitando un poco la memoria, llegamos a la conclusión de que la primera vez que el papa Clemente V se pronuncia en contra de los templarios, es en la bula «Pastoralis Praeminentiae», fechada el día 23 de octubre del año del Señor de 1307, como ya hemos visto anteriormente.
El supuesto documento que recientemente ha sido encontrado en el sótano del Archivo Secreto Apostólico Vaticano, esta fechado el día 20 de agosto del año del Señor de 1308.
No hay que ser un lince para darse cuenta enseguida de que el documento aparecido fue escrito un año después de que el papa Clemente V dictara su primera bula contra la orden del Templo de Jerusalén. Y si leemos la bula mencionada, o sea, la «Pastoralis Praeminentiae», nos daremos cuenta de que en ella no son excomulgados, sino que se dice textualmente que por acusaciones gravísimas se proceda inmediatamente a la detención de todos los caballeros de la mencionada orden del Templo de Jerusalén allá donde fuesen encontrados...
El mencionado documento es un único folio membranoso de 70 centímetros de alto por 58 de ancho. Y corresponde a una copia de un documento autentico que, según afirman, se conservaba guardado en el Archivo Secreto Vaticano, con la siguiente signatura: Archivum Arcis. Armarium D 218.
La extraña aparición de este descomunal folio membranoso, ha suscitado muchas preguntas en los ámbitos históricos: ¿Sabía el Papa que iban a ser condenados y excomulgados? ¿Escribió este documento con ánimo de salvar a los templarios y luego por miedo no lo dio a conocer? ¿Cómo es posible que si el Papa no ve culpa en la orden del Templo, se torturara primero y se quemaran después en la hoguera al maestre y a sus cuatro lugartenientes? ¿Por qué permanece cuatro largos años callado? ¿Por qué cuatro años después de haber escrito el documento y estar convencido de su inocencia los condena y excomulga? ¿Por qué fueron condenados en Francia como herejes y sin embargo en España y Portugal, en los tres concilios que fueron celebrados en Salamanca, Tarragona y Braga, fueron declarados inocentes de todas los cargos que les fueron imputados? ¿Y si en Francia se quemaron como herejes, por qué a los que quedaron con vida en los demás territorios se les dio la potestad de ingresar en otras órdenes religiosas, sabiendo como sabían que habían estado obligados en el acto de su aceptación como caballeros del Templo a renegar de Cristo y a consentir la sodomía?
No vamos a poner en duda el texto del mencionado documento, pero sí queremos afirmar que en vez de llegar dando luz, ha venido a sumergirnos más en las tinieblas. Es como si hubiese comparecido ante nosotros para reforzarnos más en nuestra idea de que el papa Clemente V accedió a las oscuras pretensiones del rey Felipe IV, sabiendo que los del Temple eran inocentes de todos los cargos que les fueron imputados. Si no ¿por qué pudiendo garantizar la integridad y la supervivencia de la orden del Templo, y estando además convencido de ello según el predicho documento, se mantuvo en silencio y no hizo nada para evitar las torturas y unas muertes tan horrendas?
Desde el día 20 de agosto del año 1308 en que según el documento descrito se les restituye a los templarios la comunión católica y el perdón del Apostólico, el papa Clemente V permaneció en silencio y ni siquiera tuvo el valor de difundir entonces el perdón que les otorga mediante el recientemente aparecido documento. Permaneció en silencio cuatro años, es decir, desde 1308 en que supuestamente escribió el documento exculpatorio hasta 1312 en que por razón de la bula Vox in Excelso se suprime por la decisión Apostólica la orden de los Templarios, y su regla, hábito y nombre, por decreto inviolable y perpetuo, y completamente prohibimos que alguien de aquí en adelante entre en la orden, o reciba o lleve puesto su hábito, o se comporte como un Templario. Si alguien actúa de esta forma, ya sea abierta como secretamente, incurrirá en la excomunión automática...
También pudo ser que Clemente V lo silenciara por miedo a alguien o a algo. Y decimos esto porque desde su antecesor el papa Clemente IV, de feliz memoria, que fue elegido el día 15 de noviembre del año del Señor de 1265, hasta el papa que nos ocupa: Clemente V, que como ya hemos visto anteriormente fue elegido el día 14 de septiembre de 1305, hubo, en menos de cuarenta años, once papas. Estos fueron Gregorio X, Inocencio V, Adriano V, Juan XXI, Nicolás III, Martín IV, Honorio IV, Celestino V, Bonifacio VIII, Benedicto XI y Clemente V. Es decir, once papas que estuvieron ejerciendo su pontificado a una media de tres años por papa da qué pensar, creo yo, y encima con tres extraños antecedentes: el primero fue que el papa Celestino V, elegido el día 29 de agosto del año 1294, a los pocos meses de haber sido nombrado renunció al cargo porque se dio cuenta de que era una mera marioneta en las manos de los reyes y de los potentados del mundo. Con tanto convencimiento lo hizo, que al decirle los cardenales que no estaba establecido que el Santo Padre pudiese renunciar, lo estableció él mismo para poder llevar a efecto la decisión irrevocable que había tomado.
El segundo antecedente es el que se refiere al papa Bonifacio VIII, cuya muerte se atribuye a unos higos envenenados que recibió de manos del canciller Guillermo de Nogaret que había sido enviado a la Santa Sede en nombre del rey Felipe IV, el hermoso.
Y el tercero que el papa Benedicto XI, antecesor de Bonifacio VIII, murió también después de haber comido unos higos que supuestamente estaban envenedados.
Parece como si en esta carrera por tener un papa moldeable, alguna fuerza oculta se hubiese confabulado para preparar el camino al papa Clemente V, quien, en comparación con los anteriores, estuvo sentado en la silla de Pedro durante más de nueve años, y fue el primero de la saga de Aviñón.
Todas estas dudas se acentúan más en nosotros cuando sabemos que apenas unos pocos días antes de que se ordenara la detención de todos los caballeros de la orden del Templo de Jerusalén allá donde fuesen hallados, o sea, el 23 de octubre de 1307, el papa Clemente V y el maestre Jacques de Molay se encontraban ambos en la ciudad francesa de Pictavis, sin que al parecer el Papa tuviese la necesidad de llamar al gran maestre de los templarios para prevenirlo o amonestarlo. Y esto hubiera sido, a mi juicio, lo más lógico y natural, ya que como podemos ver en el documento que a continuación damos a conocer, el maestre Jacques de Molay sigue administrando la orden y promoviendo nuevos preceptores como si no supiese nada de lo que apenas un mes después le sobrevino a la orden. Este es el documento:
Archivo de la Corona de Aragón. Pergamino, Jaime II. Número 2470.
El hermano Jocobo de Molay, pobre maestre de la milicia del Templo, humilde entre los humildes, se dirige a la fraternal bailía de Aragón y Cataluña en nombre de Dios Eterno.
Por la presente, y deseando que las necesidades religiosas provinciales de ésa queden atendidas en todos los lugares, promovemos al hermano Eximinum de Lenda, actual caballero preceptor de Orta, para que, como caballero de los nuestros que es, se traslade a esa nuestra bailía de Aragón y Cataluña para hacerse cargo de la prefectura de dicha bailía de Aragón y Cataluña como preceptor de la misma.
Por todo lo expuesto, mandamos a todos los habitantes de ese distrito que reciban y obedezcan a dicho preceptor con el debido respeto y honores porque ha sido nombrado por Nos. Nosotros lo elegimos para que gobierne, administre, premie y, como es preceptivo entre nosotros, corrija y castigue según los estatutos de nuestra religión. Os rogamos, pues, que hagáis lo posible en acogerlo, atenderlo y acatarlo inmediatamente. Ya que es nuestro deseo que sea puesta vuestra devoción en este mandato, cuyos testimonios quedan garantizados por nuestro sello para que sea respetado lo aquí acordado. Escrito en Pictavis, por uno de nuestros caballeros, siendo el año del Señor de 1307, día 8 de septiembre.
Después de leer el anterior documento, encontramos otro fechado el día 14 de octubre del mismo año, apenas nueve días antes de decretar la detención de los templarios, en el cual el papa Clemente V ordena al Patriarca de Sant Egidio que proceda enérgicamente contra algunos canónicos que han sido hallados culpables de graves ofensas hechas al obispo Pola Oddone. Documento este que, como ya hemos dicho, también está fechado en Pictavis el día 14 de octubre del mismo año, lo que nos lleva a pensar que si Papa y maestre se encontraban en la misma ciudad y en las mismas fechas y no hablaron, es porque el Pontífice no estimó necesario o no se dignó a prevenir al maestre del grave peligro en que se encontraba.