Creo que las pintoras y los pintores podemos contribuir, a través de la pintura, a conseguir un mundo mejor.
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La pintora Resu Pérez Vera, más conocida por «Vera», por firmar sus cuadros con este apellido, es una murciana universal que va exponiendo sus cuadros por todo el mundo.
Criada y nacida entre los diez mil colores que adornan la huerta de Murcia, y entre la belleza natural que se desprende de los apacibles paisajes del Campo de Cartagena, esta paisana nuestra está ya dispuesta para entrar en el Olimpo de los grandes pintores. Hoy tenemos en placer de entrevistarla:
Pregunta: ¿Dónde fue su última exposición?
Respuesta: Con motivo de la Inauguración del Museo Aeronáutico de los Alcázares tuve el privilegio de estrenar la sala de exposiciones que este Museo, por medio del Ayuntamiento de los Alcázares, dedica en exclusiva para que todos los pintores y pintoras de la tierra puedan ofrecer una muestra de sus valores.
P. ¿Dónde será su próxima exposición?
R. Primero quiero exponer en el Casino de Murcia, luego en Madrid, donde ya tengo una sala apalabrada, y después en Nueva York.
P. ¿Qué busca usted en la pintura?
R. La pintura es un mundo mágico. Cuando te sumerges en ella te olvidas de todos los sinsabores de la vida. Es como un hermoso camino cuyas márgenes están plagadas de verdes paisajes, de floridos jardines, de preciosas puestas de sol y de personas pintorescas de rostros iluminados. Es un camino tan espléndido y sosegado que es muy difícil salir de él cuando te encuentras dentro. Yo no sé lo que buscarán los otros, pero yo busco la placidez que me ofrece este camino y la sabiduría que me entrega, pues cuanto más camino por el, más técnicas artísticas aprendo y más colorida es mi vida.
P. ¿Cuáles son los motivos que usted prefiere para sus cuadros?
R. Yo me atrevo con cualquier tema. No rehúso pintar una buena puesta de sol, un paisaje, un monumento... Pero si hablamos de mi motivo preferido, yo prefiero y he preferido siempre pintar a esas almas descuidadas que aparecen de vez en cuando ante nuestros ojos: un niño que tiene frío, un albañil que está en lo alto de un andamio, inmigrantes que hacen cola para arreglar sus papeles, escenas de pueblos donde, por ejemplo, una vieja toma el sol a la puerta de su casa... En una ocasión una de mis exposiciones fue presentada por el escritor Antonio Galera Gracia, y mire usted lo que dijo de uno de estos cuadros, el que lleva por título: La Javiela: «En este cuadro veo sentada a la puerta de su casa a una anciana con los brazos cruzados. Parece que tiene frío. Sus menudos pies asoman donde termina la silla, y están calzados con zapatillas negras. Los ojos de la vieja se observan llorosos. Su rostro, más bien alargado que redondo, nos muestran los estigmas que el dolor, el trabajo y el sufrimiento han ido esculpiendo en él... Pero además de todos estos signos visibles, también podemos escuchar en el cuadro el piar de los pájaros que en el alero del tejado descansan, oír susurrar el viento que remueve los encanecidos cabellos de la anciana, y oler el aroma de los jazmines que crecen en su jardín...» A mí me gusta plasmar las almas de estos espíritus inocentes, sus amarguras, sus tristezas, sus desamores... No puedo ver a la gente triste, y si la veo, entonces la pinto para ver si dándoles color las alegro.
P. ¿Y por qué lo hace?
R. Porque creo que los pintores y las pintoras también podemos contribuir, a través de la pintura, a conseguir un mundo mejor.
 
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