RECETAS TEMPLARIAS CUYOS DOCUMENTOS TRADUCIDOS Y SIN TRADUCIR SE PUEDEN ENCONTRAR EN LA OBRA DE ANTONIO GALERA GRACIA TITULADA: EL ÚLTIMO SECRETO DE LOS CABALLEROS TEMPLARIOS.

Nota. Todas las recetas están traducidas del latín o del romance castellano.

 

 

 

Albóndigas de sollo con setas: Tomar los sollos y preparar una pasta formando con ella el número de albóndigas necesarias. Ir colocándolas a la lumbre en una cacerola plana untada de manteca y hacerla esponjar en agua salada. Cocer aparte las cabezas de setas necesarias, con manteca. Con las espinas y cabezas de sollo, algunas verduras, las mondaduras de las setas, vino blanco y el agua de cocer las setas, preparar una salsa. Colarla. Luego hay trabarla con algunas yemas de huevo. Colocar las albóndigas en tantos platos como fuese necesario y guarecerlos con las coronas de las setas y cubrirlas con la salsa.

 

Asadura de ternera: Cocer la asadura en agua y sal, pimiento picante, vinagre y cebollas. Revolver con cebolla, tocino, harina y un vaso de vino blanco y otro de agua, tomillo, laurel, ajo, perejil... La grasa que esta cocedura deja se puede guardar, porque aunque esté fría con ella se pueden untar rebanadas de pan para dar de comer a los soldados que antes de comer tienen que salir a combatir o de patrulla, para que la coman sobre el caballo.

 

Buñuelos de san Bernardo: se mezcla la harina de trigo con agua, sal, claras de huevo batidas, miel, una cucharada de aceite y dos de agua donde antes se haya hervido romero. Se trabaja la masa cuanto se pueda. Luego se echa en la sartén en aceite hirviendo en pellas bien delgadas, y cuando están tostadas por una cara se vuelven por la otra hasta que tengan el mismo color. Se sirven con miel por encima.

 

Cabeza de ternera: Escáldese para quitarle el vello. Póngase en agua fría para limpiar cuidadosamente, por espacio de un día y una noche. Quítense los huesos de la mandíbula inferior y el extremo del hocico, no dejando más hueso que el cráneo. Cuézase liado en un lienzo limpio y blanco (que no haya sido tintado), con agua sazonada con sal, pimiento picante, hierbas del campo, perejil, cebollas y un puñado de harina. Cuando esté cocido, sacarlo. Quitar con cuidado los huesos del cráneo, descubrir los sesos y servirlos guarecidos de cebolla picada. De aquí en adelante que cada hermano sazone su plato al gusto con sal, pimiento picante, aceite y vinagre.

 

Cardo de la huerta del Convento. Cortar en pedazos los cardos después de ser lavados. Ponerlos a cocer con agua hirviendo con sal y un poco de harina. Revolver en una cazuela con sal, harina, un poco de manteca de cerdo y tocino. Luego que tome color añadir un chorro de vino y dejar cocer. Agregar los cardos dejando que todo junto cueza bastante hasta que haya quedado la salsa reducida a la mitad.

 

Despojos de pollo con nabos: Cuando los despojos del pollo están preparados se echa en una cazuela un trozo de manteca y una cucharada de harina y se le hace tomar un color dorado con ayuda de un poco de vino, dejándolo hervir hasta que esté un poco oscuro. Entonces se echa el despojo, se hace revolver a buena lumbre y se moja con vino caliente, agregándole sal, pimiento picante y hierbas del campo. Se deja cocer durante dos terminaciones de clepsidra y se añaden los nabos y se cuece por espacio de cuatro vueltas de clepsidra con fuego menos vivo, si puede ser sólo con brasas despabiladas.