ORDEN DE LAS DAMAS ESCLAVAS DE LA VIRTUD
Leonor 
de Gonzaga, viuda del emperador de Alemania Fernando III, a fin de que la piedad 
y la virtud renaciese en sus territorios y todas las mujeres se hiciese eco de 
ello, instituyó, en el año 1662, la Orden de las Damas Esclavas de la Virtud. 
Ella misma se autonombró Gran Priora de la Orden, y, tal vez sabiendo que un 
número elevado de mujeres no sería bueno para el buen devenir de la institución, 
hizo constar en sus estatutos que el número total de mujeres que serían 
admitidas en la Orden, sería solamente de treinta y tres, en representación y 
recuerdo de la edad en que fue murto en la cruz Nuestro Señor Jesucristo.
Eligieron por divisa un sol de oro, rodeado de una corona de laurel, rodeado de la siguiente lectura: "Sola triunphat ubique".