ORDEN DE LAS DAMAS DEL HACHA

 

En un mundo que siempre fue gobernado y regido sólo por hombres, las órdenes, tanto militares como religiosas, que existieron en el mundo y que fueron tuteladas por mujeres, fueron silenciadas y sus documentos destruidos.

No obstante, los pocos documentos que no fueron extinguidos, quizás porque nadie reparó en ello, han podido ser encontrados por este historiador para darlos a conocer.

La historia de esta Orden de mujeres que pasó a ser conocida como LA ORDEN DE LAS DAMAS DEL HACHA, está muy hermanada a las milicias del Templo de Tortosa, ya que si la primera consiguió la gloria de constituirse en una de las primeras órdenes de mujeres que existió en el mundo, la segunda logró el castillo de San Juan y bastantes posesiones en la ciudad de Tortosa. Ambas consiguieron sus honores por luchar bravamente para echar a los árabes de la ciudad y conquistar el lugar.

La historia de la ORDEN DE LAS DAMAS DEL HACHA es la siguiente:

Esta Orden fue creada seis meses después de la conquista de Tortosa por don Ramón Berenguer IV, en honor de las mujeres del lugar que salvaron la ciudad, uniendo sus esfuerzos a las tropas defensoras, logrando, con su sobrehumano esfuerzo, rechazar los ataques de los árabes que, viéndose atacados con tal saña, no tuvieron más alternativa que salir corriendo y abandonar la ciudad.

La divisa de esta orden fue un hacha de gules puesta en pal sobre la parte izquierda de una esclavina. Al ir provista la esclavina de capucha, las mujeres que habían sido distinguidas como damas de la Orden, estaban exentas de llevar toca.
Las mujeres que componían esta Orden gozaban del privilegio de, como se ha dicho antes, no llevar toca y, además, disfrutaban de otros muchos privilegios, como era el preceder a los hombres en algunos actos públicos.

El hacha fue elegida divisa porque las mujeres que tomaron parte en esta batalla, al carecer de armas, cogieron el hacha que todos los hogares tenían en aquellos tiempos en sus patios o corrales para partir la leña que les servía para cocinar durante todo el año y calentarse en invierno.