El
hecho de que haya personas e incluso historiadores que nieguen la existencia de
esta orden, es debido a que nunca fue reconocida por ningún Sumo Pontífice de la
iglesia cristiana, y a que debido a su corta vida han quedado muy pocos
documentos que acrediten su existencia. No obstante, de los pocos documentos que
han llegado a nuestro poder, alcanzamos a saber que la institución de esta orden
es atribuida a que en una de las frecuentes batallas que los portugueses
sostuvieron contra los moros, se apareció el arcángel san Miguel en medio del
ejército portugués, dicen los escritor que para dar ánimo a sus soldados.
La presencia de san Miguel dio ánimo a
los soldados y contribuyó a ganar la batalla, por lo que el rey Alfonso I,
queriendo manifestar su reconocimiento y gratitud al santo por tan singular
favor, creó la orden con el nombre de ALA DE SAN MIGUEL, hecho que está constado
en documento firmado por el Rey y fechado en el año del Señor de 1165.
Esta orden, una vez creada, y como ya
hemos dicho anteriormente, no mereció la aprobación de ningún Papa, por lo que
acabó por desaparecer rápidamente.
Los caballeros de esta orden estaban
divididos en religiosos y militares
El
hecho de que haya personas e incluso historiadores que nieguen la existencia de
esta orden, es debido a que nunca fue reconocida por ningún Sumo Pontífice de la
iglesia cristiana, y a que debido a su corta vida han quedado muy pocos
documentos que acrediten su existencia. No obstante, de los pocos documentos que
han llegado a nuestro poder, alcanzamos a saber que la institución de esta orden
es atribuida a que en una de las frecuentes batallas que los portugueses
sostuvieron contra los moros, se apareció el arcángel san Miguel en medio del
ejército portugués, dicen los escritor que para dar ánimo a sus soldados.