Orden de la Cabeza de Muerto
Esta 
orden fue fundada por Silvio Nimrod en el año 1652. En ella eran admitidas tanto 
damas como caballeros. El fundador asumió el cargo de Gran Maestre, y bajo sus 
órdenes tuvo a los caballeros; para las damas nombró como Priora a su madre doña 
Sofía Magdalena, duquesa de Leigniz y de Briegs.
Con la muerte de su fundador, y como es natural de su madre, la orden cayó en desuso. María Isabel, la nieta del fundador, viuda de Felipe de Saxo Meresbour, la restableció en el año 1709, destinándola únicamente para ser habitada por señoras, con la única condición de que una princesa de la Casa de Wirtemberg fuese siempre su priora.
Según los estatutos no era de absoluta necesidad ser persona ilustre para ser admitida. Solamente era necesario observar una vida ejemplar y libre de todo vicio. Esta absolutamente prohibido a las damas que pertenecían a esta Orden el juego, la sistencia a fiestas públicas y el uso de trajes demasiado elegantes o llamativos.
Todos los años se celebraba capítulo general, y en él se multaba monetariamente a las que habían contravenido los preceptos de la regla. El dinero procedente de las multas, se depositaba en una caja para ser distribuido entre los pobres el día del viernes santo.
La divisa de esta Orden era una cabeza de hombre muerto en forma de calavera, que en su contorno llevaba escrita la siguiente leyenda: "Memento mori". Pendía un lazo negro de ella.