Orden de Carlos XIII

 

Esta Orden fue fundada por el rey de Suecia Carlos XIII, dándole su nombre.

El rey la fundó para, a través de ella, recompensar las virtudes que no son preescritas por la ley y que raramente son conocidas por el público en general. Estas virtudes obedecían al precepto evangélico que dice: "que no sepa tu mano izquierda, lo que hace la derecha".

Sus estatutos fueron compuestos el mismo día de su fundación, es decir, el 27 de mayo del año 1809.

Obedeciendo a sus estatutos, en esta orden solamente fueron admitidos caballeros que pertenecían a la masonería, y los distintivos de su pertenencia a ella, se llevaban en público.

El monarca reinante era el Maestre de la misma, y tenía como asesores a veintisiete individuos civiles y tres sacerdotes.

A la muerte del rey Carlos XIII, que fue siempre masón y defensor a ultranza de esta doctrina, la masonería en Suecia comenzó a decaer.

Desde 1818 hasta 1814, fue su Maestre Oscar I que, tal vez porque no tenía nada en común con la Orden, se ocupó muy poco de ella

Muerto Oscar I en 1859, se hizo cargo de la Orden su hijo Carlos XV. Este se preocupó un poco más de la Orden. Y lo hizo hasta el punto de entablar relaciones con la Gran Logia alemana, que se encontraba en Berlín. Desde entonces, ambas logias, la sueca y la alemana, unirían sus respectivos intereses y comenzarían a obrar juntas.