Su jefe era Pusey. Estos herejes rechazan las doctrinas de
los reformistas del siglo XVI; los califican de hombres puramente negativos,
porque en vez de presuponer alguna creencia, no hacen más que contradecir; y
finalmente se quejan de que se hayan separado las iglesias anglicana y romana,
sosteniendo que esta última únicamente posee la gran virtud de desenvolver en
toda su amplitud el sentimiento religioso. Año 1833. Siglo XX.