ORDEN DE ADALBERTO
Siendo san Bonifacio primado de la
Iglesia, fue turbado por dos impostores pertenecientes a la Iglesia de Alemania.
Uno era Adalberto, francés, el cual pretendía hacer creer que conocía los
secretos del corazón humano. Daba por cierto que tanto su cabello como las
raspaduras de sus uñas eran reliquias. Y escribió su propia vida llena de
absurdos y pretendidos milagros, de entusiasmo y soberbia.
El otro llamado Clemente, escocés, reprobaba las leyes canónicas o eclesiásticas. Enseñaba que Cristo, cuando bajó a los infiernos, había librado a todas las almas de los condenados, y establecía principios heterodoxos contra la doctrina católica de la predestinación. San Bonifacio los condenó a ambos en un concilio celebrado en Alemania en el año 742. Carlomagno mandó que les pusiesen en una estrecha prisión. Y la sentencia dada por san Bonifacio, fue después confirmada por el Papa en un sínodo romano en el año 745.