ORDEN DEL HIERRO DE ORO
Juan, duque de Borgoña, instituyó esta Orden
en el año 1411. Con el fin de que sus caballeros no estuviesen jamás ociosos,
les hizo prestar juramento de señalarse en el ejercicio de las armas, y
dedicarse al servicio de las señoras. En consecuencia, debían amarse los unos a
los otros, defenderse, ayudarse y batirse por el amor de las damas contra las
personas nobles provocadas al efecto y, en el caso de no encontrar adversario,
debían batirse entre ellos mismos. Aún cuando parezca extraña esta última
cláusula de sus estatutos, no por eso es menos cierta.
Desde luego se comprende que semejante institución no durara mucho tiempo, ya que, al poco de su creación, se extinguió por completo.