ORDEN DE AVÍS

 

Según los documentos que obran en nuestro poder la orden de AVÍS fue instituida por el rey Enrique I de Portugal.

 

Habiendo conquistado a los moros la ciudad de Évora en el año del señor de 1147, convencido el Rey de que debía esta conquista a la protección de la Santísima Virgen, quiso demostrarle su agradecimiento instituyendo esta orden y dándole el nombre de Santa María de Évora, eligiendo después cierto número de caballeros para guardar y defender la ciudad del poder de los moros que amenazaban con querer recobrarla. Estos caballeros conservaron sus posesiones durante muchos años.

 

En el año 1187, batió el rey Enrique nuevamente a los infieles, tomándole la fortaleza de AVIS, y confió su guarda a los caballeros cofrades de la orden de Santa María de Évora, los cuales habiéndose establecido en dicha fortaleza se constituyeron en una orden religiosa y militar bajo el nombre de caballeros de AVÍS, acogiéndose a la regla cisterciense, y llegándose a señalar por sus muchos y eminentes servicios en defensa de la religión católica. El pontífice Inocencio III, aprobó sus estatutos en el año 1204.

 

Desde aquí en adelante tomó esta institución un rápido ascenso, adquiriendo inmensos bienes que fueron acrecentados con la donación que don Rodrigo Garcés de Aca les hizo de todas las riquezas que pertenecían a la orden de Calatrava, de la que don Rodrigo era maestre. Este hecho originó la fusión de los caballeros de ambas órdenes, aunque esta fusión duró muy poco tiempo, ya que el año 1385, siendo gran maestre de la orden de AVÍS don Juan, rey de Portugal, las separo y las hizo independientes.

 

En el año 1789 fueron secularizados los caballeros de AVÍS, y la reina doña María dio a la orden el nombre de la Orden del Mérito Militar Portugués, dividiéndola en tres clases: grandes cruces, comendadores y caballeros. Se confiere tanto a nacionales como a extranjeros que hayan efectuado alguna acción memorable o hayan prestado algún servicio significativo a la Patria.

 

Los comendadores llegaron a ser cuarenta y dos, cuyas encomiendas fueron dispuestas por el Papa Pablo V en el año 1606, imponiendo la norma de que estas encomiendas no pudieran ser disfrutadas por ningún caballero hasta que hubiera participado antes en cinco guerras contra los infieles.

 

La insignia de esta orden fue en un principio una cruz verde florlisada y dos aves negras al pie de ella, bordadas sobre el hábito cisterciense. Posteriormente sólo usaron los caballeros un escapulario debajo del vestido con la cruz y las aves.

 

Hoy se usa la misma cruz sobre el pecho, y para asistir a los capítulos que celebra la orden llevan el manto blanco.

 

Antiguamente hacían voto de castidad absoluta. De este voto fueron relevados por el pontífice ya citado Pablo V.