ORDEN DE SANTA MARÍA

 

 

 

En el año 1233, con el deseo de formar una milicia que lo pudiera defender de los grandes peligros que le acechaban, de los continuos ataque de los güelfos gibelinos y, también con el fin de defender la religión cristiana contra los ataques de los infieles, se instituyó una orden que sucesivamente se denominó: de Santa maría, de los hermanos jubilados, de Santa María de la Torre, y de los Caballeros de la Madre de Dios.

 

El Papa Martín IV aprobó esta orden, e impuso a sus caballeros la regla de San Agustín. Los miembros de esta orden fueron descuidando poco a poco el cumplimiento de sus deberes, y se entregaron sin freno a toda suerte de delicias y placeres mundanos, lo que hizo que el pueblo les comenzara a llamar despóticamente: los hermanos jubilados.

 

Fue cayendo en el olvido, y a la muerte del último comendador de Bolonia, Camilo Volta, ocurrida en el año del señor de 1559, fue suprimida, y sus bienes y rentas entregadas por el Papa Sixto V al colegio de Montalla, a excepción de una encomienda que algunos caballeros conservaron bajo el nombre de Santa María de la Torre, pero habiendo ido disminuyendo el número de los caballeros por abandono o fallecimiento, desapareció completamente.