Don
Jaime I, el Conquistador, considerando los fecundos y benéficos resultados que
la ORDEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, (que él había fundado junto a su ayo
fray Pedro Nolasco), le había proporcionado a su Corana, fundó la de NUESTRA
SEÑORA DE GRACIA en el año 1223, para que llevase a cabo los mismos auxilios que
la de NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED. Es decir, para pedir dinero y rescatar luego
con él a presos y cautivos que estaban encerrados en las lejanas mazmorras bajo
el yugo de los infieles.
Por la similitud de una
y otra orden, las dos fueron confundidas. De ahí que hoy no sea raro encontrarse
en archivos históricos documentos de esta orden que se atribuyan a la de la
Merced. Tal vez por ello, sea por lo que los historiadores encuentran tanta
información histórica sobre la ORDEN DE LA MERCED y tan poca sobre la de GRACIA.
Don
Jaime I, el Conquistador, considerando los fecundos y benéficos resultados que
la ORDEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, (que él había fundado junto a su ayo
fray Pedro Nolasco), le había proporcionado a su Corana, fundó la de NUESTRA
SEÑORA DE GRACIA en el año 1223, para que llevase a cabo los mismos auxilios que
la de NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED. Es decir, para pedir dinero y rescatar luego
con él a presos y cautivos que estaban encerrados en las lejanas mazmorras bajo
el yugo de los infieles.