ORDEN DE LOS CABALLEROS ABANDERADOS
Antiguamente
se daba este nombre en Francia a los Caballeros que poseían grandes feudos, y
que tenían derecho de llevar bandera en las Armadas del Rey, bajo la cual iban
50 hombres armados con un grande número de Arqueros y Ballesteros. Abanderado,
según Tillet, era aquel que tenia cierto número de vasallos, cuantos eran
necesarios para formar una compañía de hombres armados, sustentados a sus
expensas. Ragueau dice, que el Caballero de Bandera, debía tener, a lo menos, 10
vasallos, y los medios suficientes para mantener una compañía de a caballo, y
que el tal podía levantar bandera, aunque no fuese Vizconde, ni Varon, y aunque
no poseyese mas que un feudo sin dignidad. El título de Abanderado se reservaba
para la alta nobleza, y la Bandera de los Caballeros era cuadrada. Por esto los
antiguos Caballeros de Bretaña, según Favin, llevaban el Escudo de las Armas
cuadrado, para dar a entender, que descendían de los Caballeros de Bandera.
Cierto ceremonial antiguo nos enseña, que el Abanderado debía tener 50 lanzas,
además de los Arqueros y Ballesteros, a saber 25 para combatir, e igual número
para guardar la bandera. Con todo , había mayor o menor número de ellos, según
la calidad de los feudos. Se comisionaba al Heraldo o Rey de Armas, para que
justificase si el Señor era bastante poderoso para levantar bandera, y si tenia
suficientes vasallos para guardarla en la guerra; esto es 24. Caballeros bien
montados, cada uno con su Sargento y su Escudero. Hubo también Escuderos
Abanderados que poseían feudos con derecho de bandera; pero no tenían más
insignia que espuelas blancas, con lo cual se distinguían de los verdaderos
Caballeros, porque éstos las traían doradas. El título de Abanderado al
principio era personal, y el que tenia este honor, lo debía a su espada y a su
valor; pero después se hizo hereditario, pasando á aquellos que poseían feudo de
Abanderado, aunque no tuviesen la edad para levantar bandera, y para tener
vasallos armados bajo su mando. También los Reyes de Inglaterra y sus hijos
primogénitos Príncipes de Gales, hallándose al frente de sus Armadas, tenían
antiguamente la costumbre de elegir bajo la Bandera Real Caballeros Abanderados.
Esto era una recompensa ilustre de sus ser vicios, y ellos precedían a todos los
Caballeros; pero de dos siglos acá no se han visto tales Caballeros, y al
presente no ha quedado uno siquiera en Inglaterra.