KHALIL GIBRAM

 

Vino al mundo el 6 de enero de 1883, en Beshare, en una aldea del Líbano, era nieto de un sacerdote maronita (una rama del cristianismo). En la escuela aprendió arábico, sirio, el catecismo y los salmos de David. Su familia emigró a América, pero él regresó a Beirut y estudió en la Escuela de la Sabiduría medicina, derecho internacional, historia de las religiones, música y pintura. Viajó por varios países europeos, donde pudo mezclar sus hábitos árabes con la cultura europea.

Fue un gran filósofo, conocedor de sicología humana.

Todavía nos sorprende la profundidad de su pensamiento y su enfoque místico de la vida. Sobre todo, para aquellos que saben hasta qué punto el amor es esencial en la vida del ser humano y en su destino.

Murió el día 10 de abril de 1931. Su obra más conocida es el PROFETA.

SOBRE LOS POETAS Y LA POESÍA DECÍA LO SIGUIENTE:

La poseía, queridos amigos, es la encarnación sagrada de una sonrisa. La poesía es un lamento que seca las lágrimas.

Si los espíritus de Homero, Virgilio, Al-Maary y Miltón hubieran sabido que la poesía llegaría a ser un perro faldero del rico habrían renegado de un mundo en el que esto pudiera suceder.

¿Acaso eres un poeta lleno de ruidos y sonidos vacíos? De ser así eres como uno de esos saltimbanquis que nos hacen reír cuando lloran y lloran cuando ríen.

¿O eres una de esas almas talentosas en cuyas manos Dios colocó una viola para controlar el espíritu con música celestial y acercar a sus semejantes a la vida y a la belleza de la vida? De ser así eres una antorcha que ilumina nuestro camino, un dulce deseo de nuestros corazones y una revelación divina en nuestros sueños.

Poeta: eres la vida de esta vida. Y has derrotado el paso del tiempo, a pesar de su rigor.

Poeta: llegará el día en que gobernarán los corazones, así tu reino no tendrá fin.

Poeta: examina tu corona de espinas, encontrarás oculta otra de laurel.